Se busca portero

En mi finca buscamos portero y, a tal efecto, hemos entrevistado a unos cuantos aspirantes.

El mejor situado, hasta la fecha, es un muchachote paraguayo. Experiencia como portero no tiene, pero jugaba de medio volante izquierdo en la primera división de su país.

No es lo mismo, pero algo tiene que ver.
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Donde el Capitán Achab rectifica

Rectifico. El anuncio de ayer no era zafio.

Zafia es la cucamonada que abiertamente publicita en su página un concejal de la localidad tarraconense de Torredembarra:

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Yo quiero apadrinar un político nacionalista. Aunque sólo sea para castigarlo sin postre y de cara a la pared.

Eso no se hace

La empresa de calzado Nike se ha visto obligada a retirar un anuncio del mercado estadounidense tras verse motejada de homófoba e intolerante por un nutrido pelotón de ciudadanos indignados. En el polémico cartel, reproducido al comienzo de estas líneas, se observa cómo un jugador de baloncesto salta sobre su defensor golpeándole en la cara con su entrepierna. Unas letras de gran formato sentencian: "Eso no está bien".

Así a bote pronto, el anuncio parece un tanto rudo, zafio y grosero. Nada más. Sin embargo, a juicio de los escandalizados, nos hallamos ante un caso de la mayor gravedad: la escena simboliza, si no representa, una relación sexual consentida entre dos varones. El texto del anuncio se convierte, por tanto, en una intolerable condena de la homosexualidad.

No estoy yo muy versado en los más íntimos vericuetos del gay amor, pero sospecho que partirle el naso a tu pareja con un certero golpe de escroto no es una práctica que goce de demasiada popularidad. Incluso si los tipos del anuncio, en lugar de practicar deporte, se hallan en simbólica coyunda, yo encuentro procedente la advertencia del fabricante: "eso no se hace, que duele".

Lo mismo soy un homófobo también.
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Actualización

La última vez que hice de guía aficionado en el Museo Thyssen me preguntaron si el paisaje retratado en "El pabellón sobre el muelle", de Michael Andrews, existía en la realidad. Como uno es así de pedante, respondí que sí, que existe y está cerca de Bristol.

Rectifico. Existía y estaba cerca de Bristol.

Cuando el ministerio me reforma los temas de la oposición es un fastidio. Cuando es el destino quien modifica los contenidos de mi culturilla general ganas me entran de ponerle una denuncia.

A fin de cuentas, me ha llevado muchísimo más tiempo adquirirla.

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El eterno retorno a la altura del sexto piso

No, si al final va a tener razón don Federico Nietzsche, el mundo tiene empalmados los extremos, el devenir se repite y giramos en la vida como el borrico en la noria.

¿Se acuerdan de cómo mi hermano pasó de vivir el sexto piso a morar en el piso "sex"?

Pues ya está todo arreglado. Una letra mutilada y la libido devuelve su plaza al número seis.




Aunque sea en inglés.
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Por favor, absténganse de emascular el asno ajeno

Cuando la actriz francesa Brigitte Bardot se hartó de la actuación y el zorroneo, entregóse con pasión a la defensa y cuidado del bicherío. Como parte de su obra en pro de los irracionales, la rubia comediante criaba una yegua de raza en su amplio caserón. Su vecino, más rústico y tradicional, poseía un hermoso rucio. Comoquiera que el colindante hubo de ausentarse un tiempo de su casa, solicitó a su vecina la custodia del asno. La Bardot aceptó el encargo y acogió al acémila en sus instalaciones.

Pronto supo el borrico lo que es padecer de amores. Inflamado de un fogoso amor no correspondido por la jaca de la patrona, sufrió primero el desdén de la yegua y, posteriormente, la castración que decretó la anfitriona en pro de la tranquilidad de su establo.

El dueño del pollino, que entegó a Don Juan y recibió a Farinelli, se molestó considerablemente y actuó en consecuencia. Tras demandar a su vecina en los tribunales cobró a precio de oro los ausentes compañones de su borrico.

Otra pleito asnal acaba de concluirse en España. La Audiencia de Barcelona, tras comparar los respectivos diseños, ha concluído que el burro de la campaña nacionalista "Planta't el burro", es hijo secreto de un burro anterior, "el Ruc de la Floresta", dibujado por el diseñador Eloi Alegre.

Comoquiera que existía un acuerdo privado para el uso del asno, los nacionalistas se han librado de tener que aflojar la mosca. Eso sí, lo mismo les digo que a la francesa.

Está muy feo capar el borrico ajeno.

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De amor y caparazones

Todo indica que este verano es propicio para la reproducción de los bichos raros. Si en Junio se arrejuntaron dos tortugas del Yang-Tsé, este mes ha sido "Solitario Jorge", malhumorado tortugo de la Isla Pinta, el que se ha entregado a la coyunda con deleite, puntería y buen provecho.

Lo de las tortugas chinas tuvo mérito porque sólo les quedaban cuatro. Lo del amigo Jorge es para lanzar cohetes y fumarse un puro, pues, aparte de ser un quelonio malencarado, arrugado y borde, Jorge era el último ejemplar conocido de su especie. Para que menease las arracadas, han tenido que traerle a una prima lejana desde la isla de al lado, y, miren lo que es la vida, el experimento ha funcionado.

Así que ya lo saben, si alguno de ustedes es el último de su especie -ya sea tortugo, galápago, mohicano o votante del CDS- que vaya encargando patucos y practique con los biberones.

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Este año llevan la escopeta cargada.
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El nombre justo de las cosas

" 'Intelijencia', dame

el nombre exacto de las cosas."

J.R. Jiménez

Don Aleksandar Vučić, secretario general del Partido Radical de Serbia, no está nada contento con la detención del genocida lanudo que comentábamos ayer. A su juicio, lejos de ser un sanguinario criminal de guerra, el tal Radovan Karadžić es un héroe y un patriota al que todo serbio bien nacido debiera amar, honrar y respetar.

No obstante su mal ojo para la elección de amistades, un mérito hemos de reconocerle al señor Vučić: no engaña con el nombre de su formación. Partido Radical se llama y, radicales, lo son hasta la médula.

Muy distinto criterio denominador se estila por nuestros lares. Miren, si no, los ejemplos que les traigo:

- en Izquierda Unida, cada buey empuja para un costado;

- el Partido que se llama Popular es ontológicamente incapaz de resultar simpático; y

- para rematar la faena, va un Partido Socialista de apellido Obrero y organiza una fiesta celebrando que, en sus primeros cien dias, el gobierno no ha pegado ni un palo al agua.

Obreros serán, pero yo siempre los pillo en el descanso del bocata.
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De la Metamorfosis a orillas del Sava

Cuando los primeros exploradores de la Antártida toparon con el pingüino rey y sus sobredimensionados polluelos peludos, pensaron hallarse ante dos especies distintas: el elegante pingüino real y el torpe y piloso pingüino lanudo.

Luego resultó que no; que antes de devenir elegantes señoritingos de pajarita y frac los pingüinos reales exhibían esos espantosos abrigos peludos de color café.

La naturaleza gusta de tales bromas. Miren, si no, a Radovan Karadžić, el notorio criminal de guerra montenegrino. Todo el mundo pensaba que Karadžić continuaba con libertad porque la policía serbia no se esforzaba mucho en echarle el guante.

Pues no. Procede disculparse con los polizontes de Belgrado. .

El problema era muy distinto: andaba la pasma tras los pasos del genocida rey, un elegante pajarraco con tupé y camisa blanca...

... y el verdadero prófugo era el genocida lanudo, una suerte de cruce entre el gremlin malo y el patriarca de los pitufos.

Eso sí. Ambos son ejemplares del mismo pájaro de cuentas.

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Sex(to)

El primer número de la revista Muy Interesante hablaba de tsunamis y castillos. El que actualmente se halla a la venta habla, por contra, de olores y atracción sexual.
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Uno pudiera pensar que se trata de una burda añagaza para atraer compradores, pero no ocurre tal. La deriva hacia la jodienda es una tendencia de lo más normal en la naturaleza.

Sin ir más lejos, cuando mi hermano se casó, comenzó a vivir con su mujer en un piso SEXTO. Un par de años más tarde, tras el robo de dos letras, viven ambos en el piso SEX.
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Son tendencias normales en la naturaleza. Se lo digo yo.

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Ciclismo

La Vuelta Ciclista a Francia, según costumbre, está siendo un rosario de expulsiones por consumo de drogas. Se conoce que, sin hartarse de eritropoyeína, no hay cristiano que se suba el Tourmalet en bicicleta.

Menos mal que, de momento, sólo investigan a los deportistas y obvían a los televidentes. El día que nos visite el vampiro, no tendrán tiempo los franceses para tramitar tantísima sanción.

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Porque, vamos a ver, no es normal que, en cuanto conectan con la carrera, se quede frita la totalidad de la audiencia. Semejante somnolencia requiere, como poco, un chute generoso de morfina.

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Lo único que queda por determinar es cómo demonios nos cuelan el jeringazo.
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La sana crítica

Cuando yo era un mocoso a un rotulador pegado acostumbraba a enseñar a mis padres mis más recientes creaciones artísticas. Su reacción era siempre la misma:

- ¡Qué bonito! ¿Qué es?

Incluso a los cinco años de edad uno se da cuenta de la poca credibilidad que la pregunta concede a la afirmación primera. No obstante, cualquier infante conoce la nula percepción artística de los adultos y se resigna a detallar los pormenores de su creación.

Lo que tiene bemoles es que, un cuarto de siglo más tarde, mi madre reaccione con la misma frase. Y no sólo porque mi técnica pictórica haya progresado bastante.

Es que, además, llevo dos años pintando una y otra vez el mismo árbol.
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Reinstalar

Acabo de reinstalar el ordenador y todo es muy extraño: hay espacio libre en el disco duro, los programas funcionan y, lo más raro de todo, para entrar en páginas pornográficas, tienes que teclear antes su dirección.
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El arte de dar recados

Mi querida progenitora practica un curioso método de transmitir información:

"- Achab, mientras estabas fuera te ha llamado María del Mar.

- ¿Cuál de ellas?

- La que no se llama María del Mar."

Se lo crean o no he entendido a quién se refería. Veintinueve años de convivencia confieren poderes que rozan la telepatía.
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Diablillos

Según afirman los zoólogos que observan al bicho, desde que las poblaciones de demonios de Tasmania se ven afectadas por un agresivo y contagioso tumor facial que provoca su muerte prematura, los agresivos marsupiales hiperactivos han comenzado a reproducirse a una edad considerablemente más temprana.

Los hay que, con tal de echar un casquete, son capaces de inventarse cualquier excusa.

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De compras

Tras emplear mi primera tarde de vacaciones en mercarme unos zapatitos nuevos puedo afirmar sin miedo a equivocarme que, esta temporada, los zapatos se llevan en dos estilos: o feos o caros.

Sabido esto, ya es sólo cuestión de decidir.
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Moreno Pez

Desde que me puse a opositar, mis actividades deportivas veraniegas habían quedado reducidas a la bicicleta fija y los partidos de tenis a pleno sol. Comoquiera que jugar al tenis en pelotas está muy mal visto y es causa de inmediata expulsión de las instalaciones, no me quedaba más remedio que exhibir el bronceado del camionero hasta que el otoño me restituyera mi habitual palidez.

No obstante, desde que incluí la natación compulsiva en mi programa de actividades, mis pautas de bronceado han experimentado una curiosa variación. Desterrado el moreno-camionero luzco con orgullo mi recién adquirido bronceado del pez: oscurito por el lomo y casi blanco en la zona ventral.

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Suena un poquito raro, pero queda muy bonito.

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Bonito del norte, eso sí.

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Superación personal

Para el nadador aficionado, ningún momento marca con mayor precisión la total decadencia del estado físico como aquel en que el jubilado que nada por la calle cuatro te rebasa cómodamente a mitad de piscina.

Cuando eres tú el que adelanta y te paras para celebrarlo, no tengas dudas de que, si bien tu físico ha mejorado, estás explorando el nadir de tu catadura moral.

Menos mal que ya he superado esa fase. Ahora, el bailecito ceremonial de triunfo lo pospongo al final de largo.

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Maquinaria iraní II

Yo ya avisé que en Irán habían instalado sopocientas maquinas de clonar. Lamentablemente, como el multiplicando consistía en tiparracos con barba, nadie me quiso escuchar ni, mucho menos, pagarme un viaje por Oriente para estudiar tan complejo asunto.




A ver si hay suerte y ahora que los persas clonan misiles, las autoridades internacionales se preocupan de la materia y me hacen caso de una santa vez.
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Fiestas Populares

Ya veo que no son ustedes demasiado partidarios de los sanfermines. Menos mal que la tradición patria en materia de festejos con animales es tan larga como fructífera. Veamos si esta otra festividad, perdida en la noche de los tiempos, les convence un poquito más.

En tiempos de Alfonso VI, se celebró en su Corte un curioso festejo. Adquiridos dos hermosos gorrinos a costa del erario público, fueron introducidos en un recinto vallado. Dos hambrientos paisanos, vendados los ojos y provistos de sendos garrotes, entraron a continuación. Atraídos por la promesa de adquirir el marrano que acertasen a golpear, los dos ganapanes se descalabraron a golpes para inmenso regocijo de la concurrencia y notable deterioro personal. Los tocinos, que conservaban la visión que de natural tenían y no deseaban participar en su propio apaleamiento se limitaron a esquivar con soltura a los contendientes hasta la finalización del evento.

Tan grande fue el éxito de la lidia porcina que el espectáculo se reprogramó, en los años siguientes, a cada boda, bautizo o nacimiento real. Después, sin causa aparente, se dejó de celebrar.

Quizás se quedaran sin lidiadores... Vista la naturaleza del festejo, permitan que piense que sí.

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Cebada Gago

Todos los que seguimos con matutina fidelidad los sanfermines sabemos que los toros de la ganadería de Cebada Gago son unos bicharracos astifinos de mal agüero, considerable peligro y pésimas intenciones. Cuando, como hoy, los pérfidos cornúpetas gaditanos se limitan a galopar escopetados sin cornear pamplonicas, uno tiene la impresión de que alguien no se ha leído el guión.

Pero una cosa es esa sensación de desconcierto y otra escribir la crónica del encierro bajo el título de "Los 'cebadagago' no cumplen".

Que no te digo yo que no haya espectadores que se pongan delante del televisor para presenciar como las béticas alimañas cornean a un turista de Minnesota -el Coliseo de Roma se llenaba por razones parecidas-, pero, como regla general, intentan que no se les note.
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Argucias legales

Cuenta la mitología hindú que el demonio Hiranyakashipu, tras grandes penitencias, obtuvo del dios Brahma los siguientes dones:

- que no pudiera matarle ni un hombre, ni un dios, ni un animal;

- que no pudiera morir ni de noche ni de día;

- que no pudieran matarlo ni dentro ni fuera de su casa;

- que no pudiera fenecer ni en el suelo ni en el cielo;

- que no pudieran liquidarlo ni con armas ni con las manos desnudas.

Convencido de su invulnerabilidad, Hiran-y-lo-que-sigue se dedicó a conquistar el mundo, que es actividad sumamente entretenida y provechosa. No obstante, cuando estaba a punto de conseguirlo, el demonio la palmó, que para eso era el malo de la película.

El autor de la muerte fue Narasimha, una encarnación del dios Vishnú con apariencia mixta de hombre y de león. No era Narasimha, por lo tanto, dios, animal u hombre, sino mezcla o combinado de los tres. Para no incumplir el resto del compromiso, Narasimha se presentó al amanecer -ni de noche ni de día-, arrastró al demonio hasta el porche de su casa -ni dentro ni fuera de la misma-, le subió sobre sus rodillas -ni suelo ni cielo- y con las uñas lo despedazó.

¿Rebuscado? En absoluto.

Si el Tribunal Supremo británico puede dictaminar que las patatas fritas Pringles no son sino un antinatural compendio de galleta y patata y que, por ello, están exentas del IVA que pagan estas, lo de Vishnú y Narasimha no pasa de ser una mera, inocente y simpática argucia legal.

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Apocalipsis piscícola

Hoy, en el día más nefasto en la breve historia del acuario de mi hermano, un par de pececitos ha ingresado de consuno en el paraíso de las criaturas marinas.

Dada la fama de gafe que me están criando ustedes y antes de ser señalado por sus acusadoras falanges, creo necesario precisar que mis sesiones de natación veraniegas las desarrollo en una piscina olímpica.

De lo listos que son los porteros de Madrid

No hay tragedia más grande que contemplar como se desperdicia el talento.

Sin ir más lejos hay personas cuyo superior entendimiento de las tres dimensiones que conforman el tejido del espacio debiera llevarles a diseñar cohetes para la NASA o aviones de última generación.


En cambio, aquí los tienen, ocupados en hallar la manera de distribuir el correo de mi comunidad sin necesidad de doblar los sobres grandes.
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Mens sana in corpore lamentabili

De ordinario, se afirma la conveniencia de acompañar un notable esfuerzo intelectual con una generosa dosis de actividad física. La idea estriba en compensar el uno con la otra y, de tal modo, obtener un desarrollo armónico y equilibrado de la persona integral. Mens sana in corpore sano, que dirían los latinos.

En observancia de tan sabios consejos he inaugurado esta mañana mis sesiones estivales de natación y me hallo en situación de afirmar, sin asomo de dudas, que, de subir al cuadrilátero mi cuerpo y mi mente, la segunda le salta las muelas al primero antes de llegar al segundo asalto.

Y eso, con el cerebelo atado a la espalda.

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Desacelerando

Crisis no hay.

Lo que pasa es que en Ocaña son muy majos.

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Memento

Cuando uno de mis amigos me comunica que un fragmento del libro que tiene entre manos le ha recordado a mi persona, yo, impulsado por una inexplicable confianza en la benevolencia ajena, espero toparme con un párrafo simpático, cariñoso, encomiástico o halagador.

Vana esperanza que pronto se desvanece. El texto que, al parecer, suscita el inevitable memento de mi presencia es el siguiente:

“Parece que Amiel olía de un modo especial. No el olor del desaseo, pues era escrupulosamente limpio; tampoco de que se perfumase. Era un rastro sui generis, que, a pesar de los años transcurridos, el docto crítico no ha podido olvidar. Posiblemente este elemento olfativo formaba importante papel de la personalidad de Amiel y sobre todo de su personalidad amorosa. Es evidente que el olfato en la especie humana juega un papel afectivo mayor de lo que nos figuramos. Su decadencia, como sentido, con relación a las especies animales, acaso ha afinado en nosotros la agudeza de sus estímulos, y éstos actúan en el plano profundo de la conciencia, de modo invisible pero con tanto vigor como en esos ciervos de nuestras sierras, que parecen tener el alma entera en esas narices estremecidas. No sabemos la parte, seguramente grande, que los olores inadvertidos tienen en el proceso de la simpatía y la antipatía. Cuando el olor es notorio, como en Amiel, su eficacia no se puede discutir.”

La culpa es mía por relacionarme con los cuatro lectores que le quedan al doctor Marañón. En cuanto termine de refregarme con jabón del lagarto, me pongo a buscar amigotes analfabetos, acatarrados o mútiles de la nariz.

Mejor aún, invito a merendar a a los que ya tengo y les extirpo la pituitaria con la cucharilla del café.
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Mi perro se ha comido mis apuntes

"Oh, you poor, poor dear. You could have

married Elliot Firestone, the man who invented

the wheel. Instead you picked Fred

Flintstone, the man who invented the excuse!" (*)

The Flinstones (1994)

Alguna vez he oído por los pasillos de la Academia cómo algunos preparadores se quejaban de las excusas baratas que aducían sus alumnos para saltarse una prueba. Les entiendo, cuando a uno le van a hacer el lío espera toparse, al menos, con una joya del calibre de la que me ha enviado mi preparador:

"Lo siento, llegaré tarde. Mi coche está en el parking de Colón y no me dejan salir porque están celebrando la Eurocopa."

Luego habrá quien ponga en duda la capacidad de las oposiciones para seleccionar a los mejores. Comprueben si no, señores, lo que va del maestro al aprendiz.

-ooOoo-

(*) "¡Oh, pobrecita mía! Podías haberte casado con Elliot Firestone, el hombre que inventó la rueda... y tuviste que elegir a Pedro Picapiedra, el hombre que inventó la excusa."
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