La praxis de la idiotez es semejante a la prueba de la locura en la conseja del gallego. Sí, esa que acaba con un desconfiado: ¿Dices que está loco? ¿Es que rompe billetes?
La manifestación práctica de la estupidez supina consiste en acercarse a un cajero automático, sacar unos eurillos, recoger la terjeta y el recibo y largarse refunfuñando por el calamitoso estado de las finanzas propias mientras se abandona el efectivo al primer viandante espabilado que se aproxime al cajero.
Como ya habréis adivinado, ayer demostré practico modo mi soberana estulticia. Por citar al valeroso soldado Schweijk: "Soy un idiota oficial, tengo título."
sábado, abril 22, 2006
Praxis de la idiotez
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9 comentarios:
Ays Capitán... con suerte se lo tragó antes de que nadie lo cogiera!
Estamos ya evolucionando, somos como las hormigas todos al mismo terreno en fila : al banco.
No será tan calamitoso el tal estado cuando no ves los euros asomar y los coges con una garra ávida.
Estoy con Deyector....a mi no se me escapan los euros....estoy ahí en posición de ataque, esperando a que asomen para cogerlos y gastarlos.
No es posible que te haya pasado eso, Capitán... lo primero es coger la pasta. Menudo despiste de registro de tu propiedad.
A ver, alma de cántaro, que ni a mi me pasa algo así.... Se supone que si en un determinado tiempo (poco) no lo has cogido el cajero lo vuelve a meter dentro y no te lo descuentan. Vamos, a un amigo le pasó con 5000 pesetas (sí, le pasó hace tiempo) y al día siguiente estaban de nuevo en la cuenta.
Jeje, Deyector tiene razón, cuando uno adopta la conducta de Gollum ante la salida de cincuenta euros, eso sí es dramático...
Y, bueno, idiota no sé, pero decididamente tiene usted grandes lecturas, sí señor.
Elenita:
No sé yo, que hay mucha necesidad de parné por el mundo.
Anónimo:
Y el siguiente de la fila podría haber avisado, digo yo.
Deyector:
Era bastante calamitoso... empezaré a malbarartar mi sposesiones materiales.
Toayita:
¡Materialista!
Florecilla:
Si es que no estoy a lo que debiera estar.
Reve:
Pero si llega un listo antes de ese tiempo: ¡tatachán!
Davgard:
Entretenidas, al menos... A ver si me lo releo que hace como 8 años que no lo hago.
Esas cosas que pasan, sí. Llama a la oficina en cuestión a ver si suena la flauta por casualidad. De todos modos no entiendo cómo seguís empleando los cajeros... un día me pondré a contar historias de esas máquinas aberrantes.
BTW, la desparición de los dos volúmenes de las Aventuras del Soldado Schweijk es uno de los grandes disgustos que me proporcíonó la última ordenación de mi bibioteca. A ver si lo recuerdo y los recompro para que UPMM se los lea que con 14 ya va teniendo edad.
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