Unos científicos curiosos y hurgadores se han puesto a rebuscar en el célebre busto de Nefertiti y han descubierto que bajo la capa superior de yeso hay otro retrato, éste de piedra caliza y con patas de gallo.
Cabe extraer dos conclusiones:
- Uno, en el antiguo Egipto se llevaban los maquillajes pesados.
- Y dos. Por mucho que lo repitan, la verdadera belleza no está siempre en el interior.
2 comentarios:
Juas juas juas, desde luego que no está siempre en el interior...
Pobre Nefertiti. Seguro que le hicieron un busto a su imagen y semejanza y cuando lo vió ordenó matar al escultor y buscó otro que le dejase algo mejor parada para la posteridad...
Suena creíble, sí
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