Tal vez debiera cambiar la marca de mi desodorante. No tengo quejas sobre su aroma. Tampoco sobre su eficacia, pero le ha descubierto un notable inconveniente: el envase es idéntico al de la loción de afeitado.
Así pues, o cambio de marca o me resigno a gasearme en uno de cada dos afeitados.
martes, septiembre 14, 2010
Gas
Categorías: higiene, yo mismo y mi circunstancia
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5 comentarios:
esto... y poner cada uno en un sitio diferente?
¿Y afeitarse después del café?
Peor sería llenarse la camisa de espuma... y mucho mas incomodo :P
JUAS! Claro que una se echó tónico en lugar de colirio en los ojos un día. Bueno, en el ojo, porque se me puso como una pelota de futbolín... y al segundo no llegué.
No me provoquen... en el estado que yo me levanto lo raro es que no me afeite las cejas.
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