En la antigua China, dedicarse a la política de altos vuelos exigía dolorosos sacrificios: la cercanía al emperador era la clave de una exitosa carrera y nadie estaba más próximo al emperador que los eunucos imperiales. Así pues, si un avispado ciudadano deseaba medrar en el servicio público, más le valía echarle pelotas al asunto y guardarse las suyas en un frasco.
Hasta la fecha, ningún político patrio ha tenido que recurrir a tales extremos. Cierto que los equipos de gobierno presididos por José Luis Rodríguez Zapatero siempre se compusieron de un número igual de hombres que de mujeres y que el leonés putativo insistía mucho en lo necesaria que era dicha igualdad, pero ningún maromo consideró que la ocasión de medrar mereciera mermarse la entrepierna.
Sin embargo en el Consejo de Ministros se sentarán, a partir de mañana, nueve hombres por tan sólo siete mujeres. Sinceramente, ¿se imaginan ustedes a José Luis apeándose del burro? Yo no.
Y todavía habrá quien felicite a Rubalcaba por su súbito ascenso...
miércoles, octubre 20, 2010
El ascenso
Categorías: China, historietas históricas, noticiario, política, reflexiones de besugo
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4 comentarios:
(ssshhhh, que lo ve todo...)
Jajaja, contado así por lo menos el tema tiene algo de gracia.
Enhorabuena, me encanta tu forma de escribir.
Bss
Muy inteligente, y muy divertido. Sin embargo ¿Por qué pensar en Rubalcaba? Finalmente, él es un maestro del disimulo, así es que ya se las arreglará para que mermen a otro. ¿Tal vez le veamos con peluca?
Suri:
Y lo oye.
Balda:
Gracias.
Carmen:
Rublacaba con peluca, dura imagen
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