Comoquiera que el Libro de los Jueces no está muy de moda y Victor Mature sale ya poco en televisión, puede ser conveniente refrescar aquí las peripecias de Sansón, el forzudo hijo de Manué de Sora, labrador hebreo de los tiempos de Maricastaña.
Estaba el tal Sansón consagrado a Yahvé, quien lo había provisto de extraordinaria fuerza para mejor cumplir la esforzada tarea de cascarle la sesera a los filisteos, pueblo invasor y pagano muy malquisto del Dios de los Ejércitos. Signo de tal consagración y talismán de su insólita fuerza era la intonsa cabellera del hebreo.
La brillante carrera de rompecráneos del hijo de Manué quedó truncada por los malos oficios de una tal Dalila, filistea de raza y jamona de apariencia. La beldad palestina engatusó al fiero judío, averiguó el origen de su fortaleza y, esquilado cual merino, lo entregó a sus compatriotas. Los filisteos no quisieron matarlo, pero remataron la faena arrancándole los ojos y encerrándolo en prisión.
Si se hubieran conformado con eso, les hubiera ido bastante bien, pero les perdió el ansia de recochineo. En las fiestas del dios Dagón, un monumental sarao folclórico que los filisteos organizaban en la ciudad de Gaza, alguien tuvo la idea de exhibir al célebre prisionero en el templo del dios local. El preso, cuyo pelo había retoñado con fuerza, oró compungido a Yahvé, recobró las fuerzas, se agarró a las columnas del templo y lo echó abajo gritando:
- "¡Perezca Sansón con todos los filisteos!"
Filisteo arriba filisteo abajo, es lo que sucedió.
Viendo en televisión la comparecencia de Ricardo Costa - que me investiguen si sospechan algo, pero yo he seguido las indicaciones que me daban Camps y Rajoy- se me ha venido a la mente la historia de Sansón.
De acuerdo. Admito que el señor Costa es un tipo que no llena los trajes como el forzudo veterotestamentario llenaba la túnica, concedo que el valenciano luce un cráneo más repelado que el del hijo de Manué. Admitan ustedes, por otra parte, que su estilo dimisionario es bastante parecido.
Además, qué quieren que les diga... Puede que caracterizar como Sansón a Ricardo Costa requiera bastante esfuerzo, pero retratar al resto de la banda como una horda de filisteos es cosa que te sale casi sin pensar.
7 comentarios:
Amén.
Uno ve la comparecencia de hoy y es que siente verguenza ajena.
Absolutamente genial.Muy bien traído. Que no tenga noticias tuyas ya está un poco peor...
Criaturilla
Pese a este desaguisado, confío en que Valencia no volverá a ser del PSO.
Cuanta razón tenéis en este post, Capi...
Besitos
Vicent:
Uno siente vergüenzas de muy diversos tipos, la verdad.
Criaturilla:
Perdona, pequeña, ya te explicaré...
Bwana:
Si después de semejante desaguisado no la consiguen ya se pueden ir olvidando.
Esther:
Besitos
No se si recordarán la BSO de 'Grease', el musical finisetentero. Hay un tema que se llama 'Grease', y cuya coda consiste en una frase que se repite: 'Grease is the word, is the word, is the word...'(ad lib).
En estos días en España creo que se podría hacer una versión bien traida: 'Shame is the word, is the word, is the word...'.
Que pena más grande.
Hans:
Vergonzoso, muy vergonzoso.
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