Cuando no escribo a su debido tiempo mi entrada diaria me siento un poco culpable y me gustaría poder contar que un avieso dragón se ha interpuesto entre mi deber y yo con su aliento venenoso y mortal.
Sin embargo, la verdad del caso ha sido que el interpuesto fue un gallego con una botella de vino. Eso sí, terminado el convite, nuestro aliento debía de ser considerablemente venenoso y mortal.
jueves, diciembre 10, 2009
Excusas
Categorías: yo mismo y mi circunstancia
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5 comentarios:
Una buena excusa es que se la ha comido el pingüino. La entrada.
jaja
Pues me parecen buenos argumentos, y no hacen falta excusas.
Saludines,
YoMisma
Suri:
Ese sólo come arenques. Es un snob.
Yo Misma:
Y el vino, ¡hic!
Los motivos bien se merecen ni excusarse. :-)
Los gallegos son peligrosos, Capi, muy peligrosos... A ver si os roban el barco...
Besitos
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