lunes, enero 11, 2010

Los muertos no comen


El sufrimiento despierta empatía en aquellos que lo contemplan. No es de extrañar, por lo tanto, que mi madre se compadeciera al ver mi semblante demudado por la enfermedad:

- ¿Te pasa algo?

- Que me mueeeeero.

- Entonces tendré que poner un plato menos de paella.

Pobrecita paella. Cocinada primero y después abandonada.

5 comentarios:

Hans dijo...

La condición previsora de Su Augusta Madre, Captain, es proverbial.
¿Y qué tal dice que me gestiona la paella, por cierto?

si, bwana dijo...

Una verdadera pena perderse esa apetitosa paella. ¡Anímese, hombre!

Achab dijo...

Hans:

Dicen que buena. A mí, la paella ni fu ni fa.

Sí, bwana:

Estoy en proceso de recuperación , no se preocupen.

Anónimo dijo...

Lentejitas, o huevos fritos con patatas...eso si que sí.
C.

Atalaya dijo...

No existe mejor empatía que la de inspirar ahorro. ¡Eso sí es ponerse en el lugar del otro!

El otro habría hecho lo mismo, dejar la paella para los vivos.

Los muertos creo que son fiambres para otros. Al menos durante un tiempo. Ahora no tanto, gracias a la incineración. Aunque en este caso, el muerto, era muerto, pero muy poco.

Me ha gustado mucho la alegoría, la parodia, el humor negro o lo que sea.