Los contemporáneos de Miguel Ángel Buonarroti no terminaban de estar cómodos con la gran cantidad de desnudos que el maestro toscano había plasmado en la Capilla Sixtina. Sin embargo, como el artista gastaba unas malas pulgas a la altura de su talento, los críticos se esperaron a su muerte para buscar un pintor especializado en telas que cubriera la entrepierna de santos y resucitados.
La ejecución del encargo le valió a Daniele di Volterra el jocoso remoquete de Daniele "il Braghettone", por el que aún se le conoce.
En una parroquia de Oklahoma tienen un problema semejante con el nuevo crucifijo que han instalado. Semejante, que no igual: aunque el Cristo norteamericano lleva la entrepierna pudorosamente cubierta con un paño, parte de la feligresía otea en su abdomen la silueta de unos monstruosos genitales.
Al final tendrán que resolver el problema por el método renacentista. Claro, que les va a costar dar con un especialista en pintar refajos.
6 comentarios:
wow, estos americanos están locos-...C
Un refajo casi de cuello vuelto, que los "abdominales distendidos" le llegan al sobaquillo.
Hay muchas interpretaciones posibles sobre la "ascensión" y creo que el autor de este Cristo estaba algo confundido, porque escogió la más equivocada.
Entonces el Cristo cargaba a la izquierda, ¿no? Ya decía yo que lo de la Teología de la liberación debía de tener una explicación lógica...
C:
Y pintan regular.
Suri:
Pues uno de esos, sí.
HVN:
Buena hipótesis.
Anónimo:
Que es la derecha del espectador.
Maaaadre del amor hermoso... Capi, se han pasado un poco, ¿No? Pero si en proporción, el "little Me" del Christ este es más grande que él mismo.... La madre del cordero...
En fin, Capi, seguro que encuentran la forma de taparlo, no sufráis...
Besitosssss
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