domingo, junio 11, 2006

De los vikingos y sus nombres

Hoy es domingo y toca post gafapasta, como debe ser. Aprovecharé que ayer estuve en la Feria del Libro haciendo acopio de sagas islandesas, uno de mis vicios confesables, para disertar un ratillo sobre los nombres de los vikingos y sus resonantes apodos.

Resulta que esta gente no usaba mucho de apellidos, salvo los patronímicos. Así, si un hombre llamado Thorvald tenía un hijo y le llamaba Sigemund, el chaval sería conocido como Sigemund Thorvaldson. El problema es que no se estilaba gran variación en los nombres y por ello acababa medio pueblo llamándose igual.

Por tanto y para mejor distinguir, aquellos aguerridos muchachos se calzaban motes sin ningún recato. En las sagas podemos encontrar a gentes tan variopintas como Egil el Negro, Odd el Flechas, Olaf Diente de Guerra, Hrolf el Tranca y otros sobrenombres belicosos y amenazantes. Claro que, como el mote te lo ponían los demás, no siempre salías tan bien parado. También había un Kettil el Trucha y un Ölvir el Amigo de los Niños.

Este último merece comentario aparte: no es lo que ustedes están pensando. Lo que ocurre es que en aquellos tiempos, cuando se saqueaba una aldea enemiga, además de violar a las mujeres y matar a los hombres era costumbre empalar a los niños de pecho en honor a Odín. Al tal Ölvir le parecía que, si bien matar y violar era cosa razonable y de buena educación, lo de empalar bebés estaba feo. Sus conciudadanos, que opinaban a su vez que sostener tales ideas era de impíos y mariquitas le endilgaron el referido epíteto.

Bien pensado lo mismo le hicieron un favor. Porque si tú eres un propietario saqueado y te quejas al rey Olaf el Santo, que aparte de santo era un animal de bellota, contándole que Hrolf el Tranca y Odd el Flechas te han quemado la granja lo mismo consigues que se solidarice contigo y envíe una expedición de represalia.

Pero caso contrario, cuando te preguntase quién se había atrevido a hacer tal desmán le tendrías que reconocer:

"Mi señor, han sido Kettil el Trucha y Ölvir el Amigo de los Niños".

Y de este modo, lo más probable es que te mande a la porra por flojo, debilucho e indigno de llevar cuernos en el casco. Lo mismo hasta te pone mote y, qué quieren que les diga: Ulf el Pringao suena fatal.

10 comentarios:

Fernando* dijo...

Bueno por suerte los motes estarán seleccionados a partir de alguna característica realista. ¿te imaginas a Bornyr el Alto, y que luego mida metroymedio?? jijijiji

Cattz dijo...

Achaaaaaaaaaaab, ¿a que adivinas el mote que te pondría yo? Es que no te doy ni 2 intentos XD

Isabel dijo...

¿Post gafapasta? ¿Qué es eso?

Y me mola lo de los motes. Al menos se ganaban el nombre, aunque fuese malo...

Un beso

Awake at last dijo...

Post desternillante, diría yo, pero en fin...

Besos!

Cattz dijo...

Awake, pocos posts son los que saca el capitán con los que no me rio. Ahora no recuerdo ninguno...

Anónimo dijo...

El día que quiera le cuento los motes de los compañeros de clase de mis hijas. Aunque son igualmente terribles, al menos son más pronunciables que los de los vikingos.

happyhamsterhop dijo...

No quiero ni pensar que dirían los vikingos de alguien llamado Nosequién el Hamster Feliz. O Nosequién el Hamster. En fin.

Menos mal que he nacido en esta época.
Dejando aparte que claro, en aquella, esto de ser mujer no era lo que se dice un chollo.

CGI MANAGEMENT dijo...

El Capitán sería Ächäb, el azote del Código.

Qué suerte ir a la Feria del Libro, yo este año no la he olido :(

Nepomuk dijo...

Bueno, piensa que quedaría muchísisisimo peor si tuviéramos un poupourri del tipo: Ölvir el tranca amigo de los niños.

Uno hubiera hasta pensado feo y todo...

Achab dijo...

Fernando:

Me lo imagino, eran gente con muy mala idea.

Cattz:

Achab Pies Pequeños, ¿a que sí?

Ma'heona'he:

Post cultureta de lo sdomingos, eso es un post gafapasta.

Awake:

Gracias mil.

Gin:

Si es uq ela mala idea también se da por aquí.

Hámster:

Para mí que no les iba a gustar, es que les iban más violentillos tipo hámster carnicero y así.

Florecilla:

Tranquila, que no se puede estar a todo. El esfuerzo se recompensará.

Nepomuk:

Sabía yo que lo del tranca iba a traer cola, huy, perdón.