lunes, noviembre 27, 2006

Espías

Ahora que, según parece, los servicios secretos rusos se dedican a jubilar a sus antiguos agentes dándoles literalmente el té -con azúcar, leche y polonio- voy a contarles una bonita historia de los buenos y felices viejos tiempos del KGB stalinista.

La anécdota, extraída de las amenas pero poco fiables memorias de Franz von Papen acontece en Turquía, donde aquel caballero prusiano era embajador en lo más calentito de la Segunda Guerra Mundial. Parece ser que los agentes soviéticos destacados en el lugar, temiendo que los esfuerzos de don Franz pudieran incorporar Turquía al Eje decidieron darle matarile. Para ello contrataron a un delincuente habitual y agitador de poca monta al que suministraron una pistola con silenciador y una "bomba de humo". Conforme le explicaron, después de apiolar al diplomático debía arrojar la bomba a sus pies, provocar así la confusión y quitarse de enmedio a la mayor brevedad.

El problema fue que el asesino resultó ser hombre meditabundo, cogitante y especulativo. Tras darle unas cuantas vueltas al asunto en su cabeza concluyó:

- ¡Vaya tontería de instrucciones! Lo suyo es tirar la bomba de humo primero y matar al embajador acto seguido, en medio del barullo.

Razón no le hubiera faltado si lo que le dieron los rusos hubiera sido una bomba de humo de verdad. Pero éstos no tenían ninguna intención de que el subcontratado sobreviviera al atentado y pudiera contar quién le había pagado, de modo que le largaron una bomba, no de humo, sino de mano.

El resto se lo pueden imaginar. El facineroso se acercó al embajador, se arrojó el artefacto a los pies y quedó instantáneamente convertido en confetti de espía. Don Franz, que tenía el día afortunado, escapó con leves quemaduras y algunos moratones. Turquía permaneció neutral y vendiendo alfombras.

No se puede negar que los muchacho del KGB eran imaginativos. Lo malo fue que eran tiempos rudos y de presupuesto bajo. Hoy le hubieran comentado al aprendiz de matarife:

- ...y cuando liquides al embajador tómate este caramelo para celebrarlo.

- Anda, gracias. ¿A qué sabe?

- A plutonio.

9 comentarios:

Awake at last dijo...

No estoy de acuerdo, durante la Guerra "Fría" tenían muuuuuucho más presupuesto que ahora, XD

Esther Hhhh dijo...

Hay que ser cafres. Pero muy cafres. Requetecafres del todo....
¿Pero como se les ocurre?
En fin, con el permiso de mi querido Alf, sólo puedo que decir con respecto a los chicos del KGB, la ya acuñada frase del blog de mi querido amigo... "MADRE DEL AMOR HERMOSO"...
Besitosss

PD: ¿Dije que eran Cafres?

mila dijo...

Ande vamos a parar... Los matarifes se permiten ser meditabundos, cogitantes y especulativos... Los políticos se permiten ser bienintencionados... los periodistas se permiten ser cínicos y poco documentados... los papas se permiten ser dogmáticos...
Así no me extraña que todo vaya como vaya

Anónimo dijo...

Anda que no debe estar malo el plutonio ni ná.

Achab dijo...

Awake:

pero la historia es de la Guerra caliente, que todo el presupuetso se iba en tanques.

Esther:

Un pelín bruticos si que salieron lso muchachos.

Mila:

Esto es un sindiós y una anarquía.

Gin:

bah, seguro que sabe a pollo.

Anónimo dijo...

Como dicen por aquí: ¿Por qué hacer algo fácil si se puede hacer difícil?

Fernando* dijo...

El asunto es realmente muy serio. Mientras que a los gobiernos ya solo les falta obligar a desnudarse a los pasajeros de avión, alguien - da igual quien, sea putin o no putin - ha introducido material altamente radiactivo en Inglaterra, lo ha diseminado por varios lugares, al igual que podría haberlo hecho por colegios, depuradoras u hospitales, y ha desparecido sin dejar rastro.

Alfor dijo...

Como también dijo por aquí un antiguo primer ministro (Víktor Chernomyrdin): "Intentamos hacerlo lo mejor posible... y salió como siempre."

Muy bueno, capitán.

Achab dijo...

Alfina y Alfor:

Qué añadir a su sabiduría y experiencia del terreno.

Fernando*:

Es que tratándose de los servicios secretos rusos es casi una tradición