viernes, noviembre 23, 2007

De los Pirineos al Peloponeso (parte II)

Lo prometido es deuda. Para continuar en plazo y forma la historieta en curso hoy toca cabrear nacionalistas y largar una buena parrafada sobre el caballero Rutger von Blum, por otro nombre Roger de Flor.

Los catalanes nacen donde les da la gana aunque se apelliden von Blum

Cuando los Hohenstaufen abandonaron su Alemania natal para ocupar el trono de Sicilia, numerosos compatriotas, nobles y plebeyos, los acompañaron en la expedición. Entre aquellos figuraban los von Blum, pequeños señores arruinados que, faltos de posibles, se dedicaban a hacerle la rosca al soberano en espera de prebendas. Tras mucho pelotear, Richard von Blum consiguió para sí y sus descendientes el puesto hereditario de halconero real. Asegurado el pan para su primogénito, don Ricardo se planteó qué hacer con Rutger, su hijo menor. Suponiendo con razón que el Rey no iba a aflojar más pasta, tomó al pequeño Rutger y se lo entregó a los caballeros templarios para que lo convirtieran en un piadoso monje y un avezado militar.


Niño, agarra bien la lanza, que te suspendo.



Los templarios cumplieron el encargo a medias. Tras unos años de entrenamiento, el chavalote, con un arma en la mano era capaz de cualquier cosa. Ahora, como monje no tenía demasiado futuro. A los 24 años ya le habían expulsado de la orden por ladrón, insubordinado, mentiroso y hereje. Por eso de que Dios abre una ventana cuando cierra una puerta, el exfraile se trasladó a Génova, estafó una cantidad considerable de dinero, se compró una galera y comenzó a labrarse un cómodo futuro de pirata y ladrón.

Después de alcanzar una cierta maestría en el robo a pequeña escala, Rutger reflexionó y se dio cuenta de que el latrocinio verdaderamente rentable era el robo a escala industrial; que uno asalta una galera y se soluciona el mes, pero quien asalta una ciudad y se lleva sus riquezas se puede asegurar la vida. En consecuencia, Herr Rutger puso su galera al servicio de Federico de Aragón y se dedicó al pillaje a escala mayor.

Acabada la guerra en Sicilia su pasado volvió para perseguirle. Alguien en Roma se acordó de que von Blum era un hereje, alguien en Génova recordó la de pasta que debía, alguien en el Temple se acordó de todo lo demás y don Rutger decidió juiciosamente quitarse de enmedio. Se presentó ante Federico, le expuso la situación y le ofreció un trato. Si le ponía al frente de los almogávares él los embarcaba a todos, los ponía al servicio del Emperador Romano de Oriente y se dedicaba a matar turcos a cinco mil quilómetros de distancia. Si los belicosos montañeses la liaban allí ya no era problema del Rey. Este aceptó encantado.

Sellado el pacto, el germano trocó su nombre por el de Roger de Flor, más adecuado al oído de sus nuevos subordinados y menos conocido de sus acreedores, constituyó la "Compañía de los Francos en Romania", echó mano de los almogávares y se embarcaron todos para Constantinopla. Llegados allí, Roger se presentó ante el emperador Romano de Oriente, Andrónico II Paleólogo y le ofreció sus servicios como experto militar, conductor de almogávares y debelador de fortalezas.




Emperador Andrónico, supongo.




El pirata alemán estaba a punto de convertirse en el héroe por antonomasia de los nacionalistas catalanes. Pero esa parte de su historia la contaré en la siguiente entrega: "Si vas a Constantinopla no te fíes ni de tu sombra".
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6 comentarios:

GUANDARRRR dijo...

Gran gran relato, estoy deseosa de una nueva entrega.

suri kata dijo...

Seguro que Llosep Lluis aquí y en China no sabe esto que está usted contando.

Achab dijo...

Guandarrr:

Pues a ver si lo remato hoy.

Suri Kata:

Pues no me extrañarái nada que fuera el caso.

Esther Hhhh dijo...

Ains capi, fijaos que me ha caído bien este canalla... Debe ser por eso que es canalla, como siento debilidad por ellos, ainsssss...

Besitosssss

Achab dijo...

Esther hhhh:

Es que tiene su gracia el hombre, no lo neguemos.

yeu_yeu dijo...

The Radical Civic Union proposed the impeachment of Schiavi, requesting explanations about the state of railway lines, and pointing to previous complaints about the lack of proper state control over the working of the lines.[15] They also urged Congress to create a commission to investigate the case and the responsibilities of the government.[16] The Civic Coalition criticized De Vido's announcement, pointing out that the state cannot be plaintiff as it is involved in the case.[17] The General Confederation of Labour complained about the overall poor condition of the railways, saying that the accident highlighted the problem.cursos guionwholesale dresses