Es incómodo admitir que no se ha entendido un chiste. No en vano, cuando uno se queda mudo mientras los demás se carcajean, está confesando andar un poco falto de perspicacia o un tanto corto de entendederas. Para alguien como yo, que cultiva la egolatría como una ancianita sus geranios, tal confesión es muy difícil. No obstante lo dicho, requiero urgentemente su ayuda. Por más que lo intento, soy incapaz de comprender el chiste que ayer publicó en EL PAÍS Bernado Erlich.
Les pongo en antecedentes. Dos personajes, padre e hijo, contemplan una ciudad en ruinas. La leyenda que corona el dibujo,"Haití, Chile...", invita a suponer que la destrucción ha sido causada por un terremoto. Más complicado es fijar el lugar donde acontecen los hechos. Haití está muy lejos de Chile y es imposible estar en ambos lugares a un tiempo. Cierto que los rasgos caucásicos de los protagonistas abonan la tesis chilena, pero visto el amarillo de su tez, bien pudieran ser oriundos del Japón, lugar donde la tierra menea también mucho el bullarengue.
En cualquier caso, el hijo, apabullado por la magnitud del desastre, pregunta a su progenitor si Dios existe. El padre, categórico, responde que sí y que es de derechas.
Ahora bien, ¿qué diantres tienen que ver los terremotos con las opiniones políticas del Altísimo?
Me he sacado del magín algunas hipótesis pero, la verdad, ninguna funciona bien.
1- El dibujante insinúa que Dios castiga a los países que eligen gobiernos de izquierdas. Difícil sostener que sea ese el motivo. El mes pasado hubo elecciones en Chile y, por primera vez en veinte años, ganaron los conservadores. Raro sería que un dios de derechas castigase a los chilenos por seguirle el gusto.
2- Don Bernardo opina, tal como nuestro presidente explicaba a sus hijas, que ser de izquierdas consiste en preocuparse por los más desfavorecidos. Llevando el racionamiento tres pueblos más allá, el humorista concluye que ser de derechas consiste en amargarle la vida a los pobres. Queda por explicar por qué Dios escoge la nación más próspera de América latina para endosarle un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter.
3- Otra hipótesis más. El razonamiento, de hondo calado sociopolítico, es el siguiente: izquierda ser buena; derecha ser mala; terremoto muy malo; Dios ser fascista. El problema, si se trata de eso, es que el chiste no tiene gracia y tampoco me puedo reir.
Como ven, no progreso mucho, pero confío en su fértil ingenio para remediar mi estupidez.
Dense prisa, por favor, que tengo muchas ganas de reír a carcajadas.
9 comentarios:
Tendrá que ver con la disposición geográfica según se mira desde arriba a la derecha esta europa a la izquierda los citados paises ?
Es que si no, yo tampoco lo pillo.
N
Lo siento Capi, tampoco lo pillo.
la solución está en ser menos amable con el autor del chiste y sentenciar: este tio es idiota.Y además no tiene gracia, y encima no sabe que hay temas con los que no se deberían hacer chistes.
El segundo argumento argumento es posible desde el punto de vista de que algunos ven (o quieren hacer ver) que Chile es un país pobre tercermundista, cuando por suerte no lo es.
El primer argumento, al igual que el anterior puede darse puesto que habrá mucha gente que piense que todos los países sudamericanos son de izquierdas per sé, al igual que tercermundistas.
Conclusión: como Bernardo sabrá todo esto sobre Chile, toma a sus lectores como idiotas O es el tercer argumento. Cualquiera de las posibilidades no me hace gracia.
Es que el sentido del humor debe ser de derechas. Y claro, así es como este hombre no hace gracia.
Bueno, bastante tiene con lo suyo.
Yo sí lo entiendo: según los redactores del periódico la culpa de todo cuanto acontece es de Aznar.
Fin de la explicación.
Habrá que leerse el libro de estilo de El País.
A ver cómo nos sorprenden...
Y felicidades por la ondulación. Desgraciadamente estos días no puedo escuchar a Carlos Herrera
Buenísimo tu análisis argumentativo del chiste de mierda que yo tampoco pillo para poder reírme. Te quedas sin carcajadas.
Jo, pue sme voy a dormir sin reírme. ¡Snif, snif, snif!
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