Cataluña es una tierra feraz para el cultivo de melocotones, habas, cebollas e ideas de bombero. En una original demostración del último aserto, Don Joan Boada, secretario general de la Consejería de Interior, Relaciones Institucionales y Participación de la Generalidad de Cataluña, ha propuesto que los ancianos de aquella región paseen por la calle con chalecos reflectantes. La reflectante bobada del señor Boada tiene como finalidad reducir el número de atropellos en Cataluña.
Esperemos que el protector de abuelos con barretina se conforme con esta simpleza y no siga reflexionando sobre la misma cuestión. A poco que lo haga, descubrirá que el ser humano tiende al despiste cuando envejece y, angustiado por la posibilidad de que un anciano olvide su chaleco, terminará por pintarlos a todos con purpurina.
A franjas amarillas y rojas, que ningún momento es malo para hacer nación.
3 comentarios:
Les doy lo mejor de mi juventud y me lo pagan con el silencio...
¡Esta noche duermen en el sofá! ¡Desagradecidos!
Es que este tipo de ocurrencias te deja sin palabras
El tal Joan Boada es una antología del disparate en si mismo. Que sea uno de los máximos responsables del desgobierno tripartito en temas de protección civil, se me antoja como poner a Herodes dirigiendo una guardería.
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