jueves, octubre 12, 2006

Haraganería Zen

En mis tiempos de universidad tenía yo la extraña y singular costumbre de emplear paradas de metro distintas para acceder a la misma y para abandonarla. Una vez, un compañero, al darse cuenta de mi proceder me preguntó el porqué. Yo, con mi mejor cara de sabio lama le respondí:

- Sigo el camino del agua… Cuesta abajo.

Es bueno tener razones incluso para ser un vago de siete suelas.

7 comentarios:

Juan Miguel Barbero Rubio dijo...

por muy malo que seamos dar buenas explicaciones nos convierten en menos malos

Gacela dijo...

Jeje... qué listo, Capitán.

Cuando yo iba al instituto, a la ida me parecía que quedaba cerca y me bajaba andando (nótese el "bajaba" porque ahí está la clave). A la vuelta, serían las horas de clase o más probablemente la inclinación de las calles, pero mi casa quedaba lejísimos: siempre subía en bus.

Cómo lo haríamos en Toledo, que es TODO cuesta arriba, por mucho que uno cambie de dirección?

Leon dijo...

La ley de la gravedad es de las pocas que se cumplen. Ir contra ella no puede ser bueno.

Esther Hhhh dijo...

Está en nuestra naturaleza, lo de ser cómodos... Va a ser eso, sin duda. Eso sí, siempre queda muy bien dar explicaciones tan interesantes a preguntas absurdas, o cuanto menos, lógicas, jejeje.
Besitos

Achab dijo...

The_pressident:

Lo mío es lamanismo de nacencia.

Gacela:

Lo de Toledo es conocérselo. Lo que ocurre es que lo que parece una sóla colina son en realidad cuatro.

León:

Es malísimo.

Esther:

Soy ergonómico.

Marga F. Rosende dijo...

Vago tu?, vamos hombre.....
Un besote

Achab dijo...

Marga:

Son mis piernas, que como son tan largas se cansan enseguida ;)