Mi madre, cuando vuelve de un viaje, gusta de poner las cosas en su sitio, no sea que alguien se dé cuenta de que no es absolutamente imprescindible. Normalmente, el procedimiento se limita a llamarme a capítulo, ponerme firme y enumerarme las distintos objetos desordenados que en la casa se encuentren.
Sin embargo, hoy me ha despertado con un ticket de supermercado en la mano y ha formulado su acusación:
- ¡Has comprado lechuga y pechuga!
Creo que se me acusa de atentar contra la poesía mediante arteras cacofonías de mal gusto, pero no estoy seguro.
sábado, septiembre 22, 2007
Acusación
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12 comentarios:
¿Y la salsa rosa y el beluga?
Cada vez que cuentas algo nuevo, tu madre se vuelve todavía más genial.
Veo que el regreso de su madre le altera. En dos palabras... ¿in-prescindible? (sic)
Hombre! A una madre que se esmera en preparar complicados guisos caseros habitualmente rebosantes de salsas hipercalóricas le parece un insulto que una de las bocas a su cargo compre lechuga y pechuga. Viene a ser algo así como una acusación velada de ser causante de obesidad; es como la prueba de la infidelidad gastronómica ("ah, o sea que prefieres una pechuga a la plancha y una lechuga lacia a unas albóndigas con salsa de almendras, eh"); es como una invitación velada al comedimiento en la mesa... No sé, muy mal, me parece fatal comprar lechuga y pechuga (que encima riman de mala manera y da lugar al descojone literario).
Pero mi duda es, ¿tu madre lee esto?
La próxima vez comprate un Moet y unos buenos bombones, deja algún tanguita tirado por ahí, y seguro que tu madre no te dice ni mú... (es una de las primeras normas, del primer capítulo, del Libro de Las Madres...nos lo dan a todas cuando nace un niño, pero es un secreto, schsssssssssss).
Si es que tienes una mente perversa, Capi, a quién se le ocurre... ¡¡Comprar comida de dieta!!!
¿Guardas los tickets del supermercado?
(...)
¿Para qué, concretamente?
(??!)
A mí la mía, me ordena que haga cosas. Tales como, pelar patatas, limpiar el polvo, tender la ropa. Y luego se dedica a perseguirme, volviendo a hacerlo todo detrás de mí. Refunfuñando, por supuesto, gruñendo porque no lo hago con el mismo estilo y glamour que ella. Y eso es algo que no puede soportar.
Pero, esas son las pequeñas idiosincrasias que las hace únicas.
HOmbre, no tiene que ser una acusación , sino sorpresa.Puede que creyera que ibas a comer congelados durante su ausencia...
besotes
Ains capi, es que no sabeis comprar, hombre, para la pechuga, unos buenos pimientitos verdes, o unos tomatitos, ¿pero lechuga? si es queeeeeeeee....
Besitosssss
PD: Ya me puse al día con los posts que llevaba de retraso, jejeje...
Sirenita:
El presupuesto, sirenita, el presupuesto.
Blondie:
Por supuesto que es genial, esas cosas se heredan.
Alfina:
Que están las letras juntas y yo tengo dedos torpes, caramba.
Ginebra, Guandarrrr:
Es que le estoy cogiendo gusto a lo de estar en forma y eso.
Ángel:
Lo hace.
Lou:
Hmmm... ideas, ideas, cuántas ideas.
Tamaruca:
Para reciclar.
Marduk:
Ese es el método madre universal.
Criaturilla:
Era una acusación. Deje tres tuppers sin abrir.
Esther:
Para la pechuga melocotón, coco, vainilla, leche y canela, pero esa es otra historia.
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