El año 218 antes de Cristo, el joven general cartaginés Aníbal Barca puso sitio a la ciudad de Saguntum, plaza fuerte levantina y principal apoyo de Roma en Hispania. Los saguntinos, conscientes de la imposibilidad de resistir al más formidable ejército de la antigüedad clásica, pidieron ayuda al Senado Romano. Los senadores, que desconocían aún la talla del enemigo que tenían enfrente, contestaron que estaban muy ocupados breando a unos rebeldes ilirios y que lo mejor que podían hacer los saguntinos era buscarse la vida por sus propios medios.
Los valencianos de la antigüedad debían ser o muy valientes, o muy tercos o muy tontos, porque, en lugar de aliviarse el vientre en la loba que amamantó a Rómulo y rendir la ciudad de inmediato, se armaron hasta los dientes y lucharon desesperadamente. Pese a todo, ocho meses más tarde, Aníbal entró en la ciudad y, como era práctica común en la antigüedad, pasó a cuchillo a los pocos saguntinos que quedaban con vida. Por no dejar aquello vacío, Aníbal rellenó la ciudad con iberos leales. Claro, que en cuanto Aníbal fue derrotado en Zama, los romanos le dieron la patada a los amiguetes del púnico y colocaron en Sagunto a sus propios fieles.
Mucho tiempo más tarde, el año 713 d.C., la ciudad pasó a manos de la morisma, que le cambió el nombre a Morbyter. La población, como en el resto de España, se convirtió masivamente al Islam, así que cuando Jaime I reconquistó el lugar en 1239 allí rezaba todo el mundo en cuclillas y mirando a La Meca. Don Jaime tenía una receta bastante clara y sencilla para lidiar con la abundancia de agarenos. Los musulmanes tenían un amplio margen de opciones: podían irse andando, corriendo o a la pata coja con tal que se fueran bien lejos y no volvieran. El vacío de paisanaje lo rellenó el de Montpellier con hambrientos campesinos catalanes, que era algo que, según parece, le sobraba por todas partes.
Pues bien, con semejantes antecedentes históricos tiene narices que venga un tal señor López Tena, natural del mismísimo Sagunto, a decirme que urge la independencia de Cataluña para evitar el "genocidio catalán".
Los valencianos de la antigüedad debían ser o muy valientes, o muy tercos o muy tontos, porque, en lugar de aliviarse el vientre en la loba que amamantó a Rómulo y rendir la ciudad de inmediato, se armaron hasta los dientes y lucharon desesperadamente. Pese a todo, ocho meses más tarde, Aníbal entró en la ciudad y, como era práctica común en la antigüedad, pasó a cuchillo a los pocos saguntinos que quedaban con vida. Por no dejar aquello vacío, Aníbal rellenó la ciudad con iberos leales. Claro, que en cuanto Aníbal fue derrotado en Zama, los romanos le dieron la patada a los amiguetes del púnico y colocaron en Sagunto a sus propios fieles.
Mucho tiempo más tarde, el año 713 d.C., la ciudad pasó a manos de la morisma, que le cambió el nombre a Morbyter. La población, como en el resto de España, se convirtió masivamente al Islam, así que cuando Jaime I reconquistó el lugar en 1239 allí rezaba todo el mundo en cuclillas y mirando a La Meca. Don Jaime tenía una receta bastante clara y sencilla para lidiar con la abundancia de agarenos. Los musulmanes tenían un amplio margen de opciones: podían irse andando, corriendo o a la pata coja con tal que se fueran bien lejos y no volvieran. El vacío de paisanaje lo rellenó el de Montpellier con hambrientos campesinos catalanes, que era algo que, según parece, le sobraba por todas partes.
Pues bien, con semejantes antecedentes históricos tiene narices que venga un tal señor López Tena, natural del mismísimo Sagunto, a decirme que urge la independencia de Cataluña para evitar el "genocidio catalán".
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Lo mismo, hablando un rato con Aníbal se le aclaraba lo que es un genocidio. Según se cuenta, el general púnico ponía unos ejemplos prácticos chulísimos.
11 comentarios:
Cada uno rebobina la historia hasta el momento que le interesa. A lo mejor el problema resida ahí, en encontrar ese punto de inflexión. O quizá dicho punto clave esté por llegar y nos empeñamos siempre en mirar hacia atrás, no sé.
mira, ma�ana los catalanes celebran su derrota en 1714 como si fuera una victoria. Si hubieran ganado, lo mismo la capital de la pen�nsula estaba en Barcelona y los que lloraban eran otros. El caso es llorar.
Y seg�n la RAE, genocidio es el exterminio o eliminaci�n sistem�tica de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religi�n, de pol�tica o de nacionalidad. Claro que, igual seg�n la Republicana Academia de Catalu�a la palabra significa otra cosa.
La historia nos muestra que la humanidad sigue sin aprender nada y repitiendo los mismos errores y barbaridades.
Pasando al tema catalán, y aunque como catalana no puedo ser objetiva, estoy de acuerdo en que genocidio no, pero deficit fical sí que hay. Mustra de ello: apagones, retrasos y averías múltiples de este verano.
Huy... la capital, como es natural, hubiese estado en ZARAGOZA, la capital de la Corona de Aragón.
Por lo que respecta al elemento López Tena, habría que suspenderle retroactivamente la Historia del Derecho. Vaya nulidad de tio.
Hola nen...;-)
¿Nos están exterminando? ¿Quién me ofrece asilo político, por favor?
Menos guasa. Vale que no nos están exterminando por ahora, pero que nos quieren poquito, eso es cierto. Es aquello de "ni contigo ni sin tí".
Y cuando se complete el "genocidio catalán", a quién se puede poner en Cataluña? quién llenará ese vacío? Quiéeeeennnnnn!!!!!!!!!
Tamaruca:
O, ya que estamos, podíamos mirar al frente y olvidarnos d ela tribu de cada cual.
Zorro:
Lo de celebrar derrotas tiene su tradición. Algún día hablaré de ello.
Blondie:
Más déficit fiscal (aproximadamente el doble) tenemos por aquí y no se nos apaga la luz. Lo mismo lo del déficit va a ser un acoartado del politiquerío local para seguir rascándose la entrepierna. Del déficit también tengo que hablar un día de estos, que es un tema que trae cola.
Hans:
Desde luego no hubietra estado en Barcelona, ciudad que los Reyes de Aragón pisaban lo menos que podían por serles territorio notoriamente rebelde y hostil.
G:
Hola, hola.
Querida_enemiga:
No me confundas rivalidad con odio, que no es la misma cosa. La mitad de los equipos de fútbol de pueblo de Castilla (el del pueblo de mi madre por ejemplo) visten de azulgrana por imitación del Barça, somos legión los aficionados del Joventut de Badalona que vivimos en otros lugares de España, Gasol es ídolo de masas, el libro más comprado en la última feria del libro fue "La Catedral del Mar", en mi clase organizamos una cena de fin de curso en un restaurante catalán, las mejores habitas de Madrid se sirven en "La Huerta de Lleida" y así hasta el infinito.
Que luego estemos picados porque queramos ser más que el otro también. pero como Glasgow y Edimburgo, Oxford y Cambridge, Lisboa y Oporto, París y Marsella...
But:
Pues no sé... podemos poner jamaicanos, que la sardana a ritmo de reggae tiene que sonar muy bien.
Aterrizo por casualidad en tu blog, y además de reirme que me duele la barriga (barriguita, oiga!, yomelodigotodo), me pregunto qué hace una mente como la tuya preparando oposiciones... sigo leyéndote...
Genocidio son todas las moles de apartamentos que han hecho en el Puerto de Sagunto. Menudo horror. Y por cierto Capitán muy bueno lo de "el de Montpellier", una jugada muy a lo Mister Catering.
A parte de toda discusión sobre el tema catalán, en la que no me meto, sí quería deciros que el problema de Arse-Saguntum fue mucho más complejo de lo que aquí se cuenta, ya que para empezar en Arse-Saguntum hubo una lucha interna entre los pro-cartagineses y los pro-romanos. Los ciudadanos de Arse-Saguntum se pelearon entre sí, según Polibio, y los pro-romanos, que se hicieron con el poder, ejecutaron a los más importantes de sus enemigos, los pro-cartagineses, provocando que Aníbal les sitiara y obligara a abandonar la ciudad.
No se trata por tanto de entregar la ciudad al mejor postor. Los saguntinos con sus actos se pusieron en contra a Aníbal. Y sólo les quedó pedir auxilio a los romanos, y resistir el sitio de Aníbal. La otra opción era rendirse, abandonar la ciudad llevando sólo dos mudas de ropa y vestidos de militares y asentarse en otro lugar.
Rectificada la base de la argumentación, quiero decir que manda narices que el tal señor López Tena, Saguntino, pida la independencia de Cataluña.
Más bien yo le diría para su Cataluña, que no es la de todos, como ya dijo Aníbal Barca a Alorco: "Hay alguna esperanza de paz a condición de que vosotros la aceptéis como vencidos, y que no lo valoréis como un perjuicio lo que se pierde, puesto que todo pertenece al vencedor, sino como un regalo lo que se os deja. Entregad vuestro oro y vuestra plata. Salid con dos mudas de ropa cada uno y estableceros en otras tierras"
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