viernes, septiembre 28, 2007

El nombre de las cosas

"Si, como el griego afirma en el Cratilo,
el nombre es arquetipo de la cosa,
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo."
J.L. Borges



No es que uno piense, como los cabalistas antiguos, que a cada ser corresponde un nombre exacto que contiene su esencia y facultades. Si lo pensara, andaría por ahí tratando de pronunciar el tetragrámaton en lugar de pelearme con el Reglamento Hipotecario. No obstante, nombrar objetos, gente y países con acierto sigue siendo una tarea de gran interés.

Eso mismo debía de pensar Robert Lane, un padre de familia neoyorquino que, en 1958 bautizó a su sexto hijo con el incentivante nombre de Winner -Ganador-. La cosa no funcionó demasiado bien, Winner Lane fue un niño alborotador y gamberro que evolucionó a delincuente juvenil y acabó por convertirse en un inquilino habitual de las cárceles del Estado. Tal vez el padre se dio cuenta pronto de que el chaval iba por mal camino, pues con su último hijo varón invirtió la estrategia. El benjamín de los Lane fue agraciado -o desgraciado- con el insólito nombre de Loser -perdedor-. Para culminar la ironía, Loser Lane acabó sus estudios con brillantez e ingresó en la policía de Nueva York, donde aún desempeña su puesto de detective con notable eficacia y capacidad. Eso sí, sus compañeros le llaman Lou.

Más infrecuente es que alguien acabe pagando el pato por el malsonante nombre de otro, pero también puede ocurrir. Cuando Harry S. Truman sucedió a Franklin Delano Roosevelt en la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica el corresponsal de ABC en el país era el ingenioso y lenguaraz periodista gallego Julio Camba. Ignoro si el arosano tenía algo personal contra Mr. Truman o si, simplemente, era incapaz de desechar una maldad ingeniosa, pero le dedicó una de las frases más crueles de su larga carrera de víbora con talento: "Roosevelt era Franklin Delano, Truman es tonto del culo." (1)

Pero si nombrar a una persona trae problemas, ponerle nombre a un país es muchísimo peor. Si quieren un ejemplo se lo doy: Birmania.

El país que actualmente se llama Myanmar o Birmania -como verán después, depende de a quién le preguntes- ocupa el territorio del antiguo Reino de Birmania y, además, las tierras de otros pueblos adyacentes de lengua no birmana que jamás estuvieron incluídos en aquel. Por aquellos tiempos el país ya tenía dos nombres. En lenguaje oficial, el lugar se llamaba Myanma, pero las clases populares, que encontraban aquel sumamente pijo e impronunciable lo llamaban Bama. Para liar más las cosas, los hindúes, que comerciaban mucho por allí y no tenían muy buen oído confundieron el nombre popular Bama con el de la deidad Brahma y rebautizaron el lugar como Brahma-desh, la tierra de Brahma. (2)

Los primeros europeos que asomaron el hocico por aquellas tierras fueron marinos portugueses en busca de especias. Naturalmente, los marineros lusos ignoraban el idioma local, así que preguntaron. Sus intérpretes indios respondieron que habían llegado al país de Brahma y los portugueses asumieron que el lugar se llamaba País de Brama, País de Barma o algo que sonara parecido. Lógicamente, así lo contaron en Europa. De este mal oído y peor pronunciado Brama viene nuestro término Birmania -país de los birma- y también el inglés Burma, que acabó por ser también de uso común entre los propios birmanos cuando los británicos colonizaron el país.

Sin embargo, cuando se independizó, resurgió el problema del nombre. A los independentistas de izquierda Myanma les sonaba elitista y rancio. A los tradicionalistas, Bama les sonaba barriobajero y cutre. Al final se decidieron por una solución mixta. El nombre oficial en birmano sería Myanma, pero su traducción legal al inglés sería Burma.

Todo el mundo parecía contento con el arreglo. No obstante, en 1989, el Gobierno Militar decidió cambiar la traducción oficial inglesa a Myanmar -la erre se supone muda-, que sonaba mucho más glorioso a sus uniformados oídos. La oposición, es su trabajo, se opone al cambio por considerarlo elitista y ofensivo para las minorías no birmanas. Así, si se fijan en los carteles de los manifestantes, observarán que cuando están escritos en inglés, suelen decir "Free Burma" y nunca "Free Myanmar". Los comunicados gubernamentales, en cambio, siempre hablan de Myanmar y su excelente gobierno.

En cuanto a la comunidad internacional, los países que apoyan a la oposición siguen empleando "Burma/Birmania" y los simpatizantes del gobierno "Myanmar". La ONU, por si les sirve de algo prefiere el segundo término.

Claro, que los demócratas opositores no tiene asiento en la ONU. Los tiranos que los masacran sí.

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(1) Por cierto, don Harry S. albergaba otra curiosidad nominal. La "S" de su nombre no era una inicial, era, tal cual, su segundo nombre. Sus padres no sabían si homenajear a su abuelo paterno, Shipp, o a su abuelo materno, Solomon, así que le llamaron "S." y todos contentos.

(2) Resumiendo, si eras el príncipe de Rangún y querías inscribir en un templo que tu país era el favorito de los dioses lo llamabas Myanma; si eras un vendedor de arroz y querías despotricar sobre lo mala que era la cosecha de cereales aquel año, lo llamabas Bama; si eras un comerciante indio entonces optabas por llamarlo Brahma-desh y rogabas al dios Ganesha que te concediera pingües beneficios.

9 comentarios:

Ginebra dijo...

Me ha recordado a esa placita de Londres... Elephant and castle. Es que no deberían viajar a la gente que no tiene oido, caramba, que luego pasa lo que pasa.

(Por cierto, un día de estos le hablo de Iloveny, que le hará gracia)

Anónimo dijo...

Por eso a una mujer con la que a mi pesar tengo parentesco la denomino IBM = ( Inmensa Bola de Manteca ).
Nada como una denominación adecuada.

Hans dijo...

Cagonelcopón (perdón) tantatontá... Birmania, sólo Birmania, nada más que Birmania. 'Paice' que nadie haya visto el 'flin' (Objetivo ídem)

PRIMAVERITIS dijo...

Hacía tiempo que no me perdía tanto en un solo post.

Esther Hhhh dijo...

Pues yo me quedo con lo de Bama ala, ¿algún problema?¿alguien quiere que le de con la rama de azafrán?
Mala leche por cierto por parte de Mr. Lane...
En fin, que besitos Capi, jejeje

Tamaruca dijo...

Pobre Truman...

Qué genial la anécdota de Winner y Loser, aunque parece más bien un experimento psicológico del tipo: ¿En qué grado afecta el nombre que uno lleva a la personalidad? ¿Es un factor condicionante en la formación del carácter? El caso del hijo pequeño parece un claro ejemplo de que la psicología inversa, a veces, funciona.

Respecto a Bama, Myamnar o Birmania, que unos digan que son Bamaneses, otros Birmanos y otros Myanmarinos; para gustos, los colores.

GUANDARRRR dijo...

Pero ellos tienen claro si son una nación no?

Achab dijo...

Ginebra:

Pues cuente, cuente.

Criaturilla:

Manteiga, manteiga.

Hans:

Esa era buena.

Primaveritis:

Resumo. Que a saber cómo se llama el sitio.

Esther:

Es que a partir del quinto niño cuesta encontrar nombres.

Tamaruca:

Lo de myianmarino suena a inherto de naranja y mandarina.

Guandarrrr:

Bueno, en la frontera con Tailandia tienen unos cuantos que no lo tienen claro.

Zifnab dijo...

Me has quitado las palabras de la boca. Era exactamente esto lo que hubiera dicho de haberlo sabido.

Y eso que en la Aventura de la historia, o en un dominical leí recientemente sobre el asunto. Lo que hace tener una memoria dispersa

Muy instructivo

Se feliz