domingo, marzo 30, 2008

Del valor y otros achaques

Siempre he tenido debilidad por los poemas de Borges. Ya sé que son un tanto fríos y, por momentos, más secos que el Kalahari en verano. Pero oigan, también soy yo frío, también soy yo seco, tengo mucho menos talento que el bonaerense y, sin embargo, ahí están ustedes leyendo mis ocurrencias.

A lo que íbamos. En uno de sus sonetos, don Jorge glosa la muerte del poeta islandés Snorri Sturlusson. En vez de morirse de sífilis o pulmonía como es la tradición del oficio, Snorri murió asesinado por sus enemigos políticos. El siglo XIII tenía esas cosas. De todos modos, si se tiene en cuenta que el señor Sturlusson acababa de vender la independencia de Islandia al Rey de Noruega, tampoco resulta tan extraño que algunos paisanos consideraran que escabechar al poeta era una sabia medida de educación política y mejora ciudadana.

El segundo cuarteto del poema me impresiona con particular intensidad:

"[...] sentiste con asombro en una tarde
de espadas que tu triste carne humana
temblaba. En esa tarde sin mañana
te fue dado saber que eras cobarde."

La imagen del hombre que descubre momentos antes de morir que no es la persona por quien siempre se tuvo me resulta particularmente conmovedora. Llámenlo poética del fracaso o dolorosa anticipación de la derrota, pero a mí me pulsa una cuerda particularmente sensible. Menos mal que sé que el destino no me depara esa jugada. La certidumbre de ser un cobardica me ha llegado con anticipación y descuento.

Esta mañana le encargué a mi padre que me buscara un reloj de pulsera para sustituir al mío, en paro forzoso por agotamiento de baterías. Estaba repasando el albaceazgo de espaldas a la puerta y con los tapones apretados hasta el tímpano cuando mi padre ha entrado en mi habitación para finiquitar su encargo. Juguetón o despreocupado, ha aprovechado uno de mis ademanes oratorios para dejarme el chisme en la mano . Esa ha sido la primera noticia que he tenido de la presencia de alguien y mi reacción dejaría a Snorri por Aquiles. He lanzado el reloj por los aires, gritado como una nena y, con las pulsaciones a ritmo de carga, me he vuelto a enfrentar la muerte aleteando como una gallina clueca.

Más me vale ir repasando mi métrica escandinava si quiero pasar a la posteridad. Como vikingo aguerrido tengo tanto futuro como Kettil "El Trucha".

-ooOoo-

Por si quieren leerse el soneto entero sin tener que busacarlo por la red aquí mismito se lo transcribo:

SNORRI STURLUSON
(1179-1241)

Tú, que legaste una mitología
de hielo y fuego a la filial memoria,
tú, que fijaste la violenta gloria
de tu estirpe de acero y de osadía,

sentiste con asombro en una tarde
de espadas que tu triste carne humana
temblaba. En esa tarde sin mañana
te fue dado saber que eras cobarde.

En la noche de Islandia, la salobre
borrasca mueve el mar. Está cercada
tu casa. Has bebido hasta las heces

el deshonor inolvidable. Sobre
tu pálida cabeza cae la espada
como en tu libro cayó tantas veces.
.

9 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Ejem, Capi, vos sois muchas cosas pero frio y seco no son dos de ellas...

¿Lo veis? lo que yo decía, tierno como vos sólo, conmovido por esa imagen del poeta cobarde.

Jajajajajaja, Capi, por Dios... NO quería, de verdad que no quería reírme de vos, pero esa imagen vuestra, pegando saltitos por vuestra habitación, mientras dais pequeños y agudos grititos, vuestro padre con los ojos como platos y aguantándose la risa... Uff, es demasiado, ainssssss....

Os mando besitos dulces y tiernos para calmar vuestra agitación y consolaros...

Aurora Bonnin dijo...

Qué espectáculo...

Anónimo dijo...

Me gusta leer que le gusta leer a Borges, Capitán. Hace ya algunas semanas que sigo el blog, y además de felicitarle por su prosa, su sapiencia y su constancia quiero recomendar hoy otro poema de Borges que ya habrá leído: El Golem...

(Yo no diría que la poesía de Borges es fría y seca, yo diría que no es apta para los que creen que la poesía es cosa de Bécquer y solo de Bécquer).

GUANDARRRR dijo...

Eso es porque le han cogido a traición. ¿Cuál es la pena entre los vikingos a los traidores? ummmm

Cattz dijo...

A mí las cucarachas me aterrorizan hasta convertirme en un ser tembloroso y lloriqueante incluso cuando las veo a distancia y de frente, no puedo considerar debilidad el que un ser humano desconocido atacando por la espalda te asuste XD

Achab dijo...

Esther:

Frío y seco, sí. Pero me dan penita los poetas cobardes.

Aurora:

Lamentable.

Jorge:

Me quedo con la noche cíclica, o circular, que ahora no me acuerdo.

Guandarrr:

Lo que se vote en en Alo-thing.
Generalmente destierro.

Cattz:

¿y una cucaracha por sorpresa?

Esther Hhhh dijo...

Disculpadme Capi, pero sigo dudando... YO creo que vos no sois ni frio ni seco.. Por lo menos no lo sois con las pelirrojas, ni tampoco con las rubitas ;-P

Besitosssss

Achab dijo...

vamos, que no soy seco por estar salido

Anónimo dijo...

Gracias por poner esta poema en su página - lo estaba buscando en el internet. Como islandesa conozco la historia de Snorri y como se acabo su vida. Esta poema me da escalo frio y piel de gallina - imprecionante.

Gerður