miércoles, enero 17, 2007

De verdugos torpes y otras gentes de mal vivir

En Irak, se conoce que no tienen suficientes odios tribales pendientes y tienen que crear unos cuantos más, se dedican a ejecutar a los criminales mandamases del anterior régimen de la manera más chapucera y torpe posible. A Saddam le endosaron unos verdugos que gritaban como energúmenos, le deseaban un rápido viaje al averno y para remate, grabaron la escena con el teléfono para revenderla en el zoco a precio de saldo. Al hermanastro del fenecido dictador le endilgaron, en cambio, un verdugo calladito, pero tan torpe al seleccionar la longitud de la caída y el material de la soga que ésta decapitó al condenado.

Los simpatizantes, compañeros de tribu o confesión de los ejecutados andan, según cuentan, un pelín molestos. Para tranquilizarlos un poco y consciente de lo mucho que se leen estas páginas en Tikrit, les voy a contar la historia de la ejecución más chapucera de la historia de Inglaterra para que vean que en todas partes cuecen habas y los ingleses se las comen con tomate. Puede que Agatha Christie tuviera razón y matar sea fácil, pero, a lo que se ve, hacerlo medio bien es más complicado.

Situémonos en el año 1685. En Inglaterra, el rey Carlos II acababa de morir. Lo normal hubiera sido que le sucediera alguno de sus catorce hijos pero, comoquiera que los catorce los hubo fuera del matrimonio le sucedió su hermano, el católico y poco querido duque de York, coronado como Jacobo II. El hijo mayor de Carlos, James Scott, duque de Monmouth, aprovechando el descontento que reinaba entre los protestantes, decidió probar suerte e intentar alcanzar el trono por las armas. Sin embargo, derrotado en el campo de batalla fue innoblemente apresado en una acequia y condenado a morir reo de alta traición.

La pena para los traidores en la Inglaterra del ancient régime era una acumulación de detalles sádicos y de mal gusto de la que ya he hablado alguna vez. Sin embargo, siendo James duque e hijo de Rey gozaba del expeditivo privilegio de que su ejecutor se limitara a cortarle la cabeza con un hacha sin mayores aditamentos. En el fondo, al pobre James le dio igual, pues el verdugo titular de la Torre de Londres, Jack Hetch, paseaba aquel 15 de Julio una borrachera tan descomunal que necesitó ocho intentos y la ayuda de un cuchillo de mano para descabezar al infortunado rebelde. La testa del duque fue, a continuación, colocada en el puente de Londres para escarmiento general.

Sin embargo, acabados los procedimientos alguien se percató de que se había cometido una indeseable omisión en los procedimientos: como hijo reconocido del difunto Rey, el retrato de James Scott debía figurar necesariamente en la Galería Real. Sin embargo no había en toda Inglaterra un retrato suyo que reuniera las características requeridas. Un guardia fue despachado al puente, recogió la cabeza, la cosió con maña en su antiguo lugar y salió a trote cochinero en busca de un pintor que, a precio módico, hiciera un par de rápidos bocetos del finado noble que permitieran subsanar el error.

Hay quien afirma que el retrato de marras se conserva aún en la National Portrait Gallery de Londres. Dadas las circunstancias del posado, la verdad es que el duque no tiene tan mala cara como cabría esperar.

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Eso es ser fotogénico y lo demás tonterías.
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P.D.: La historieta macabra del posado post mortem es muy posible que sólo sea leyenda (hay 17 retratos del duque en la National Gallery), pero qué quieren, si non é vero é ben trovatto.

5 comentarios:

LazyGirl dijo...

La verdad, si luego le iban a tapar hasta el cuello con las sabanas... ¿Para que coserle la cabeza otra vez? con llevarla y ponerla sobre la almohada hubiera bastado!
Que ganas de trabajar de mas...

Tamaruca dijo...

Uff... a mi es que todo esto me parece un atraso tan grande...
Vamos hacia atrás como los cangrejos, ¿de qué nos sirve estudiar historia?

Muackisss...

Anónimo dijo...

Ben trovatto!
Los humanos seguimos empeñados en hacer majaderías...claro que ahora, consuela un poco el que tengamos photosoft....que cuanto menos laborioso es, que zurcir testas a mano!..ains!
Buonanotte Achab!

Enrique A. dijo...

Tendrían que haber mostrado en el retrato en cuestión la cosida...

Bueno, habría quedado más... más... No sé, más algo.

Achab dijo...

Lazygirl:

Se conoce que el pintor vio el remiendo y dijo que iba a quedar fatal.

Tamaruca:

Bueno, más que atrasarnos nos conservamos. Seguro que en la época de Atapuerca se hacía el bruto así a manera.

Alice:

Pues sí, debe de ser bastante cansino zurcir testas cortadas.

Myca:

Hubiera parecido el retrato de Frankestein.