viernes, enero 26, 2007

Famélicos infernales

Comoquiera que el otro día hizo su aparición Dante en estos escritos y que en los medios de comunicación no se habla de otra cosa que de la huelga de hambre del notorio criminal de Juana Chaos, me ha dado por preguntarme en qué círculo infernal situaría el señor Alighieri al eusquérico asesino y qué pena personalizada correspondería a sus desmanes en caso de morir por el prolongado ayuno. Sé que me van a objetar que el individuo éste sigue vivo, pero como el poeta no se cortaba un pelo en mandar al Averno en vida a la gente que le caía mal, un servidor se arroga el mismo privilegio.

Determinar el sitio correcto para este tipejo puede ser compicado: el tal Iñaki ha sido tan prolijo en sus ofensas que se le podría encajar en diversos lugares:

- con los iracundos, en el quinto círculo. A estos les corresponde luchar eternamente entre sí para salir de la ciénaga en que yacen y respirar un poco;

- entre los homicidas, que en el anillo exterior del sexto círculo se cuecen en borboteante e hirviente sangre;

- con los suicidas, en el anillo contiguo, convertido en un árbol sangrante cuyas ramas tronchan las arpías; o

- con los traidores a su país, en el segundo anillo del noveno círculo, sumergido hasta el cogote en el lago helado llamado Cocito.

Comoquiera que los transportes en el Infierno están hechos cisco -es bien sabido que todos los ingenieros van al cielo- e incluso Dante, que contaba con protección divina, se las vio negras para cruzar de círculo en círculo, no parece recomendable que el condenado cambie de lugar por turnos. Así pues, habrá que decidir. Puesto que su ira, sus homicidios y su eventual suicidio forman parte de su estrategia político-criminal para independizar su caserío y alrededores, opino que Dante elegiría el Cocito. Una lástima, el castigo de los suicidas siempre me pareció el más vistoso, cruel y lamentable de todo el poema.

Pero todo tiene sus ventajas, allí hay dos personajes que nos ayudarán a determinar la pena exacta que más conviene a nuestro caso: el Conde Ugolino della Gherardesca y su asesino, el obispo Ruggieri. Resulta que por una de esas discusiones políticas que entretenían a los italianos antes de inventar el fútbol, la pizza y las películas de Jaimito, el obispo encerró al conde en una torre y lo dejó morir de hambre. Dado que tenían unas cuantas traiciones pendientes, acabaron ambos en la cubitera infernal, con el cruel añadido de dedicarse el aristócrata a roer el colodrillo del prelado hasta el final de los tiempos.

¡Voila! Ya lo tenemos. La conclusión es obvia: si de Juana mata de hambre a de Juana, de Juana debe mordisquear el cogote de de Juana. No hay error posible. Admito que la postura es un poco complicada e incómoda, pero tiempo no le va a faltar para practicar. Además, si no se apaña, seguro que Ugolino le echa una mano y dos o tres molares. A fin de cuentas lleva setecientos años jalándose al obispo y agradecerá el cambio de menú.

En fin, ya sólo tengo que escribir unos cuantos tercetos encadenados y añadirlos a la próxima edición como suplemento. ¿Alguien recuerda cómo se dice cogote en toscano?

6 comentarios:

Guillermo dijo...

es bien sabido que todos los ingenieros van al cielo

Interesante dato, si señor :-)

Tamaruca dijo...

Una lástima no saber toscano, con lo bien que debe quedar eso en el currículum.

Teniendo en cuenta que hay millones de niños muriendo en huelga de hambre obligatoria, sin elegirlo ni nada, comparativamente reconozco tener más problemas para dormir otros días.

Un besico, buen finde Capitán.

Hans dijo...

Kamerad: sembrao. Ha estado V. sembrao. Mi más sincera enhorabuena por entrada tan adecuada en el día de hoy (acudo presuroso a mi diccionario de toscano a ver cómo se dice 'cogote').

Achab dijo...

Guillermo:

Es bien sabido, en efecto. Del mismo modo se sabe que no hay abogados en el cielo.

Tamaruca:

Queda mejor ser fluido en tocario y linear B.

Hans:

Mire, mire.

Anónimo dijo...

Perdone, perdone, pero donde van los ingenieros es a señalizar las autovías del estado, que así están todas llenas de carteles indicadores de lo más equívoco.

Gato dijo...

Cogote en toscano se dice "alavoltadelatesta". Que yo fuí profesora de filología toscana cuando viví en Nápoles. Pero ésa es otra historia...